El tenue resplandor de la luna en el cielo nocturno puede ser increíblemente romántico. Aquí tienes algunas historias de amor y pasión para avivar la llama este Día de San Valentín.

El cuento de amor eterno de la diosa lunar.

En la mitología griega, Selene es la diosa de la luna, hija de los Titanes y hermana de Helios, el dios del sol, y Eos, diosa del amanecer. Selene, la personificación de la luna, está vinculada a varios amantes, pero sobre todo a Endimión, cuya belleza es su principal causa de fama y maldición.

El romance entre Selene y Endimión llega a su fin con el mortal Endimión en un estado de sueño eterno y eterna juventud, postergando la muerte para que Selene pueda cuidarlo eternamente. Cómo terminó en este estado de sueño eterno depende del narrador. Algunos dicen que Zeus le dio a elegir entre el sueño y la muerte, mientras que otros dicen que Selene, egoístamente, lo puso en ese estado para preservar su amor para siempre.

El eclipse de los amantes.

Mawu y Lisa son la diosa y el dios de la creación en la religión dahometana, originaria de África occidental. Se dice que Mawu y Lisa dedicaron cuatro días a crear la tierra, la vida y la humanidad. La tierra se volvió tan pesada y caótica con su creación que Mawu partió hacia la luna y envió a Lisa al sol. Ambos están separados por la eternidad, pero la aparición de un eclipse simboliza el encuentro ocasional de Mawu y Lisa, la luna y el sol.

La diosa accidental de la luna.

La leyenda china cuenta la historia de Chang'e, quien se convertiría en la diosa de la luna. Hou Yi, esposo de Chang'e, derribó del cielo a nueve de los hijos del Emperador de Jade, dejando solo a uno.

Por sus acciones, Hou Yi y su esposa fueron desterrados de los cielos y convertidos en mortales. Hou Yi quería darle a Chang'e una vida más feliz que la que tuvo como mortal en la Tierra. Encontró una poción que les otorgaría la vida eterna. Quería que cada uno tuviera la mitad, permitiéndoles vivir juntos para siempre, enamorados.

En diferentes versiones de la historia, Chang'e se apoderó de la botella entera para tentarla o se vio obligada a beberla para protegerla de un ladrón. Beber la poción entera la hizo inmortal de nuevo, lo que la llevó a flotar hacia el cielo y aterrizar en la luna. Ahora es la diosa residente de la luna, que vive allí con un conejo como compañero en lugar de su amado esposo.